Tras el tipo infantil de Marilina, nuestra entrevistada, se oculta una adulta concepción de arte, de la vida y también, porque no decirlo, del amor:
Marilina pone una serie de modernos discos en su aparato y mientras nos sirve una taza de café, insiste en su prejuicio:
En fin, será cosa de acostumbrarse. Será que para mí todo esto es nuevo...
La personalidad de esta joven estrella es una perfecta simbiosis entre lo alegre y lo juicioso. Está siempre riéndose. Es la alegría de vivir. La edad de una constante primavera. Y al mismo tiempo sabe perfectamente que el arte es un camino difícil, erizado de dificultades, que trae una sorpresa a cada paso y que es mucho más fácil llegar al estrellato que mantenerse en él.
- No crean -afirma- que lo que sucede a mi alrededor me toma de sorpresa. Desde el momento en que elegí ser actriz, me dispuse firmemente a transitar este camino. Lo hago con alegría porque hasta el momento la suerte me acompañó. Además soy alegre por naturaleza. Como se acostumbra a decir, tomo las cosas con soda. Trato de hacerme mala sangre solamente por los aspectos importantes de la vida. Por ejemplo frente al amor...
- Sostengo que el amor es para mí algo importante. A su convocatoria no faltaré. Además para el amor no hay edad ni razonamientos premonitorios. Cuando llega nos encontramos frente a un hecho consumado...
- Pero concretamente entre usted y...
- Concretamente, hay que dejar que los acontecimientos sigan su propio desarrollo. ¿Ustedes no se no enojan si les digo algo?
- De ninguna manera, Marilina.
- El amor no es ni un partido de fútbol ni una película. No pueden existir comentarios a su alrededor, ni se puede hacer una crónica sobre su desarrollo. Cuando existe, es tan visible que no puede pasar inadvertido; cuando es falso, más vale olvidarlo porque su mención sólo trae sufrimientos...
Una forma elegante y también oportuna de soslayar la situación. Pero, evidentemente, Marilina tiene todas las trazas de estar enamorada. Una alegría interior inocultable la delata. Y en última instancia resulta lógico. Si ha logrado triunfar en su carrera, ¿por qué no habrá de conquistar un corazón masculino?
Silvina compartió esta nota y Silvina la tipeó. Muchas Gracias!!
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