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Marilina Aquí y Ahora

Febrero de 1983 - Revista Siete días

María Celina Parrondo (Marilina Ross) y su balance en la madurez. El exilio, el miedo, el peronismo, sus ganas de vivir el momento y una proposición: la del desarme mental. En una larga charla con SIETE DÍAS en Mar del Plata confesó que como Gandhi "aguantaría los palos" para resistir a la violencia.

MARILINA AQUÍ Y AHORA


Por: CARLOS MONGE
Fotos: ANTONIO CAPRIA

De la piba traviesa de "La Nena" a la Marilina Ross del aquí y ahora, pasaron más de veinte años. Y aunque pasaron sin dejar muchas huellas, por lo menos en lo que hace al afuera, lo cierto es que como siempre la procesión fue por dentro. La sonrisa pícara, inocente y abierta quedó perdida en el tiempo. Y aunque también es cierto que la recupera a veces, nadie puede negar que el vendaval de los años pasados y recientes la castigó cruelmente. Que la llevó muy lejos de su patria y ensombreció sus soles. Hasta el momento en que tanto dolor se transformó en crecimiento y esto ayudó para explicarse en parte la sensación de paz consigo mismo que nos transmite ahora. Ahora exactamente, tal como en el momento de comenzar la charla que tuvimos con ella una tarde de febrero bajo un sol marplatense. Digamos solamente sin más preámbulos, que fue en una pileta bajo un sol calcinante donde transcurrió el diálogo. Que nos pareció que Marilina estaba como en todo momento con los brazos en guardia y que un altoparlante repetía de vez en cuando las estrofas de "Danza" o de "Puerto Pollensa". De donde vino uno a pensar, fantasías mediante, que "sin dormir nos fuimos a la playa" y aunque no nos besamos ni descaradamente ni en ninguna otra forma, alucinamos al gordito de gafas "que fue corriendo a cambiarse los lentes..." Aunque esta vez las gafas las llevaba Marilina y el único gordito que pasó por ahí apenas se animó a pedir un autógrafo. Y todo se fue dando sin mayores problemas cuando empezó el "ping-pong" de las preguntas y las respuestas. Y Marilina Ross (o María Celina Parrondo, en sus documentos), fue tomando la palabra con voz pausada y honda para dar contestaciones que más que eso fueron verdaderas reflexiones en voz alta.

Marilina, en la hora del éxito. "Yo no hablo como artista, sino como ser humano. No tengo ninguna primacía por estar arriba de un escenario. Yo sólo le pongo voz a los que están abajo, intento expresar lo que ellos quieren decir"

"Ser fiel a lo que uno es"

-Marilina ¿Cuál es tu filosofía de vida en estos momentos? ¿A qué valores le otorgás preeminencia sobre otros?

-Fundamentalmente, al aquí y ahora. De ahí parte todo, ¿no?. Es toda una actitud de vida que implica valorar al máximo el momento que nos toca vivir. Alguien me dijo una vez que en el momento no hay contradicción y yo estoy absolutamente de acuerdo con eso. Si sos fiel a lo que querés hacer, a lo que sos, a lo que sentís y lo ponés en práctica en cada momento, ahí no existe ninguna contradicción. Esto significa también de alguna otra forma vivir sin expectativas, sin organizarse la vida tipo agenda, más allá de lo estrictamente necesario...

-Lo que vos decís me hace acordar un poco a la postura existencialista que recomienda "vivir cada minuto como si fuera el último..."

-Sí, sí, es eso. Y claro, tiene que ver con la muerte evidentemente, porque la muerte nos acompaña todo el tiempo. Es una compañera de viaje, desde luego, y está incluida dentro de la vida. Tanto la vida como la muerte son como dos mitades sumadas que se dividen en pedacitos, esos son los momentos que nos toca vivir. Entonces, por cierto, la idea es tratar de vivir "a full" todos los momentos.

-Quisiera que me contaras cómo estás viviendo estos momentos del "desexilio", es decir la vuelta a casa y la reinserción en las viejas raíces...

-Bueno, en realidad yo ya pasé esa etapa ya que hace casi tres años y medio que estoy de vuelta en la Argentina. Ahora estoy pasando por otro momento, luego de haber atravesado diferentes instancias. Al principio, como te podés imaginar, ni bien llegué era la felicidad total. Poder estar aquí y reencontrarme con mi gente, poder escuchar nuevamente el idioma nuestro con todos los acentos que lo hacen distinto y particular... Poder recuperar todo lo que había perdido en cosas a lo mejor intrascendentes, pero que sólo aprendés a valorar cuando te faltan... Todo eso se dio en la primera etapa y después vino una segunda que fue cuando se produjo el romance con el reencuentro y apareció entonces en toda su magnitud una realidad que todavía era muy dolorosa.

-Fue un aterrizaje bastante brusco, ¿no?...

-Claro, y se produjo lógicamente un bajón muy grande, una toma de conciencia de lo mal que estaba esa gente a la que yo quería y quiero tanto. Primero constaté, desde luego, lo mucho que los amaba y luego lo mal que estaban, ¿no?. Esas fueron dos etapas clarísimas y después de eso lo único que se me ocurrió fue pensar qué hacer para ayudarme y ayudar a los demás a salir del pozo, qué hacer para aprender aún dentro de la desgracia...

-¿Y qué camino te planteaste como alternativa?

-No sé, nunca me planteo nada de forma muy esquemática. Estas cosas que te digo son conclusiones a posteriori, porque nunca me planteo nada a priori. En definitiva, sólo sé que hice lo que yo quería hacer dentro del campo de lo que me dejaban y podía yo hacer. Y eso más que nada tenía que ver con la necesidad de conectarme con la música. Que era algo que siempre deseé, pero que no había podido llevar a la práctica en forma seria y continuada por la falta de espacio o de tiempo, digamos a lo grande...

Sin rencores ni violencia

-¿Guardás rencor hacia quienes te persiguieron y te obligaron en definitiva a irte del país en el 76?

-No, en absoluto... Más que guardarles rencor les estoy agradecida, porque esa experiencia de desarraigo -aún siendo dolorosa- me sirvió muchísimo. Creo que si no hubiera pasado por los dolores por los que pasé, no habría crecido como crecí. Es así de simple y es por eso que digo que todo lo que me toca vivir es bienvenido, aún cuando sea difícil o duro de aceptar...

-¿Cómo ves la situación actual del país desde tu posición de artista, vale decir desde una posición que te permite captar los estados de ánimo de la gente, desde un escenario?

-Quisiera antes de contestarte aclarar conceptos que dije anteriormente, porque si no, no se entienden. A mi modo de ver, no existe en la vida un objetivo al cual haya que llegar cueste lo que cueste, porque esto significaría que -bueno- cuando lo lograste ya está, te podés morir tranquilo. No, no es así. La vida es la suma de los momentos, el camino no tiene fin y en definitiva, como dijo Machado, "se hace camino al andar...". Vale decir que el camino se va haciendo en el momento en que lo transitás. Y que no hay que llegar a ningún sitio y que los objetivos los vas alcanzando minuto a minuto, en el instante por ejemplo en que tenemos esta charla o en el momento que sea.

-Ahora entonces te repito la pregunta. ¿Cómo ves el país hoy?

-Bien, pero te quiero aclarar que no te voy a contestar desde el punto de vista de la artista, sino desde el ser humano que es el único lugar desde el que yo hablo. Y lo hago como lo podría hacer cualquiera, ya que considero que no tengo ninguna primacía por hecho de estar arriba de un escenario. Tal vez la única diferencia sea que yo intento expresar a los que están abajo y ponerle voz en alguna medida a lo que ellos quieren decir. En principio, te diré que como es lógico estoy feliz con el regreso a la democracia y estoy llena de esperanzas. Aún más que antes, yo siempre estuve convencida de que la dictadura algún día se iba a acabar, como decía la gente; un problema de tiempo nada más... Y en este momento pienso, dado que tu pregunta apunta directamente a esto, que tenemos que unirnos realmente para apoyar el proyecto del país, y más te diría el de Latinoamérica que exclusivamente el nuestro... Desde lo más profundo nuestro, desde nuestra raíz más auténtica tenemos que empezar a dejar de mirar esos modelos grandes que teníamos: Europa, Estados Unidos o Rusia, porque ya está demostrado que esos grandes modelos no nos sirven.


El desarme mental

-Hay una canción en la que hablás del desarme interior como paso previo al desarme real y concreto. ¿Te parece posible el desarme de las mentes en un país o en un mundo donde antes no haya justicia?

-Una cosa no excluye a la otra. Es simultáneo y si te tengo que dar una prioridad yo insisto con la del desarme mental...

-¿Y cómo se aplica eso, por ejemplo, en el caso de las Madres de Plaza de Mayo?

-Ahí es donde yo espero, por ejemplo, que una cosa no excluya la otra. Pero, ojo, no esperamos que todo nos venga desde afuera, porque si no cambiamos adentro el afuera va a seguir igual... Porque hay que pensar qué pasa si nosotros llegamos a tener posiciones de poder y no hemos cambiado por dentro. Lo más fácil de suponer sería entonces que el poder no nos serviría para nada.

-¿Y qué ocurre si la represión continúa?

-Y... no sé... La solución será dar una respuesta como la que daba Gandhi, qué se yo... Es decir, aguantar los palos si vienen ya que si vos estás claro adentro esos palos incluso no te van a doler. Una resistencia activa, esa tal vez sería la respuesta, dado que la postura no es en realidad la de que me pongo en la calle para que me peguen, sino la de no querer que esto siga, aunque sin enfrentarlo con violencia. La idea es tirarme en la calle o quedarme sentado para expresar mi protesta sin violencia. A eso es lo que yo llamo la resistencia activa.

El miedo y el amor

-Marilina, ¿Cuál es tu concepción del amor y la pareja?

-No hay una concepción así, preestablecida y no creo además que tenga que haberla. Creo que cada cual tiene que encontrar la que le corresponde, o la que quiere o le hace bien... Y hacerse responsable por esa elección. No hay dos seres iguales en cuanto a necesidades, de modo que lo ideal sería que cada cual fuera fiel a lo que quiere y a lo que le pasa, con total libertad...

-Una de tus letras dice: "si el amor no es egoísta, ¿por qué la fidelidad?". ¿Me podrías explicar este concepto?

-En esa canción hablo de la lucha que se produce adentro mío cuando aparecen los celos, que aparecen en cualquier momento. Entonces mi estómago me dice ¡aaahg! y mi cabeza por otro lado me dice ¿cómo? ¿por qué estás tan celosa?... Si el amor es dar, pienso, entonces no hay motivos para ello. Ahora, si se torna la relación como una forma de propiedad privada, creo que se estropea todo, todo se echa a perder. Pero claro, los celos son casi inevitables y eso es justamente a lo que me refiero, a la contradicción entre la teoría y la práctica...

-Es esa contradicción que se nota, entre una forma de pensar muy avanzada y una realidad que te fija límites mucho más estrechos...

-Sí, a lo mejor es cierto, pero no importa porque esa contradicción me ayuda a mí a saber adonde voy. Ojalá lograra superarla, pero por el momento lo que importa es saber que voy hacia allí, que trato de superarla. Que trato, por ejemplo, de lograr no sentir celos o en caso de que los sienta, tratar de que no se noten a partir de lo que quiero o debo querer lo mejor para el otro ser.

Marilina y la política: "Tenemos que dejar de mirar a esos modelos que teníamos, Europa, Estados Unidos o Rusia: está demostrado que no nos sirven"

La mujer que venció al miedo

-En otra de tus canciones hablás del censor que llevamos adentro. ¿En qué momentos aflora ese censor y cómo lo detenés?

-El censor mayor es el miedo. El represor mayor que aparece con mil caras distintas siempre es el miedo. Y la mejor forma de enfrentarlo es justamente haciéndole frente, es la única forma de ganarle. Hay que ponerse delante de él y hacerle frente y el miedo generalmente desaparece. La idea es pasarle por encima y hacer lo que tu cuerpo, tu mente o tu corazón te piden que hagas. Así me pasó, por ejemplo, cuando volví al país. Todos me decían "no vuelvas, ¿estás loca?", y yo tenía por supuesto miedo de hacerlo porque era tan delirante todo lo que estaba pasando aquí que, bueno... No te olvides que en el 80 la cosa estaba bastante difícil. Pero, bueno, decidí enfrentar el miedo y ver qué pasaba. Si yo estaba en paz conmigo misma, si mi conciencia estaba tranquila, si no había cometido el menor delito, entonces ¿por qué no habría de volver? Y lo hice, enfrentando ese gran miedo que tenía y sabiendo que hasta se me podía ir la vida en esto. Y lo enfrento y se desvanece, porque no existe si es que le hacemos frente. Y entonces, bueno hubo amenazas y falta de trabajo y petardos y otras cosas, pero el miedo poco a poco se fue diluyendo.

-¿Sos optimista en cuanto al futuro del país?

-En cuanto al país, sí. El asunto es ver si acaso la situación del mundo nos permite tener algún futuro, porque en relación al mundo sí que no soy optimista. Creo que particularmente, en el caso de la Argentina nos espera un momento de gran crecimiento porque creo que el país es como un ser humano. Y por eso, después de haber atravesado las tinieblas, los dolores y las cosas terribles que nos han pasado aquí, pienso que tenemos que salir crecidos y fortalecidos. Esto, claro, si es que acaso no se tapan las cosas, ya que en caso contrario seguiremos repitiendo las experiencias pasadas. Personalmente, espero que hayamos crecido y que todos saquemos a la luz todo. Como dice Piero, "hay que sacarlo todo afuera" y a partir de allí construir esto nuevo que somos y que está naciendo. Ahora, en cuanto al futuro de la humanidad en general, te decía que soy mucho menos optimista porque la situación a la que hemos llegado nos tiene puestos al borde del holocausto nuclear.

-¿Cuál es tu posición política en este instante?

-Te voy a explicar: mi posición en general es humanista, vale decir dirigida hacia todos los seres humanos que son, a mi juicio, lo primero que tenemos que cambiar. Ahora bien, si me bajo un poco de esa posición global y tengo que adherir a algún movimiento político en particular, yo te diría que ese movimiento es el peronismo. Es el más cercano a mí, pero te insisto: la política es una parte, no es el todo y es por eso que estoy fundamentalmente a favor del ser humano, más allá de divisiones partidistas que creo que no hacen bien. Por eso es que en este momento apoyo con todas mis fuerzas al proceso democrático, porque creo en las primeras palabras de Alfonsín cuando inició su campaña. Cuando hablaba de la unidad nacional y todavía no se daban enfrentamientos como los que han surgido ahora por temas tales como el de la ley sindical.

"Disfrutá hoy, es más tarde de lo que crees"

-¿Quiere decir, entonces, que si en algún momento tuviste que irte fue porque te identificaban como cercana al peronismo?

-No, eso no quiere decir nada ya que es tan absurdo que una se tenga que ir del país por estar cercana a determinado partido político que bueno, no sé... Es tan absurdo eso que si lo manejamos como un valor, visto desde afuera es algo totalmente ridículo.

-Pero eso fue concretamente lo que pasó...

-No sé... Yo creo que fundamentalmente me persiguieron por el hecho de pensar. Creo que muchos de los que se tuvieron que ir fue simplemente por hecho de ser seres pensantes.

-¿Qué edad tenés...?

-Cuarenta años...

-¿Y cómo hacés para representar muchos menos?

-Nada, no tengo ningún secreto si es que a eso te referís. Simplemente, lo que busco es ser feliz y creo que cuando una está bien, su cuerpo está bien y viceversa, ¿no?. Pero esa puede ser una punta importante: tratar de ser feliz. Aunque no en el sentido de una cosa que esté allá lejos y que sea inalcanzable, sino en el de las pequeñas cosas... Poder gozar de lo poco o mucho que tengas, no darte cuenta que eran importantes solo cuando las perdés. La idea es, por ejemplo -dice sonriendo-, poder gozar en plenitud de este día de sol y no tener que estar mucho tiempo bajo esta sombrilla...

-Para no hacerla larga, entonces, ¿Cuál es tu concepción de la felicidad?

-Yo creo que la felicidad está mucho más cerca de lo que todos creemos. Lo que pasa es que no la valoramos porque la tenemos a mano, y por ser tan cotidiana ni nos enteramos de ella. Pero imaginate si llega el invierno nuclear, suponete que se tiren los misiles... Si es que hay sobrevivientes, estos van a tener que vegetar en un mundo helado y sin sol, y todo será noche y será frío. Entonces, los que pueden van a valorar al sol, ese que tenés hoy y del cual ni te enterás, al igual que de la luna, las estrellas y el cielo limpio.

-Y aunque no lo veamos, el sol no va a estar...

-Y claro, no va a estar y vamos a ser nosotros los que lo hayamos destruido, que es lo que más indigna. Por eso es que yo siempre cito un viejo proverbio chino que dice: "Disfruta hoy, es más tarde de lo que crees..." Y en eso estoy...

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