/* Profile ----------------------------------------------- */ .profile-img { float: left; margin-top: 0; margin-right: 5px; margin-bottom: 5px; margin-left: 0; padding: 4px; border: 1px solid #6728B2; } .profile-data { margin:0; text-transform:uppercase; letter-spacing:.1em; font: normal normal 83% Verdana, sans-serif; color: #af99dd; font-weight: bold; line-height: 1.6em; } .profile-datablock { margin:.5em 0 .5em; } .profile-textblock { margin: 0.5em 0; line-height: 1.6em; } .profile-link { font: normal normal 83% Verdana, sans-serif; text-transform: uppercase; letter-spacing: .1em; } /* Footer ----------------------------------------------- */ #footer { width:660px; clear:both; margin:0 auto; padding-top:15px; line-height: 1.6em; text-transform:uppercase; letter-spacing:.1em; text-align: center; } -->




Mis canales de YouTube

Marilina Ross: Un gorrión atraviesa el atlantico

Segunda quincena de enero de 1977- Revista Ama nº 411, Madrid

Un gorrion atraviesa el atlantico

Marilina Ross

"La Raulito" o un ansia de libertad



MARILINA ROSS

Un gorrión atraviesa el Atlántico*

"La Raulito" cambió la vida de esta española de sangre y argentina de cuna... que aquí se muere de frío



Por: JORDAN

ESPAÑOLA DE SANGRE, ARGENTINA DE CUNA

Y lo bonito que resulta localizar, en el fondo de esa lucha, un antecedente, una raíz de lucha antigua, de lucha española. Porque si "Marilina", María Celina, es navarrica por parte de madre, es también asturiana por parte de padre. Y puntualiza con un mohín muy expresivo:

- Mi padre es "vaqueiro". Ya sabés, "vaqueiro de alzada". Otro atropellado, otro incomprendido otro rebelde... ¿Ya sabés la historia?

Viven en Buenos Aires, el padre "vaqueiro", y la madre, navarra. Con casi setenta años y una nostalgia ya muy soterrada de las cosas de España. María Celina nació allá. Y descubrió su país de origen el año pasado, cuando fue a San Sebastián para presentar "La Raulito". Y se encontró con primas y parientes de todas clases, allí al lado, en Navarra y en Alava. Y se hizo con la gente en un almuerzo vasco, en un restaurante típico. Y, a los postres, pulsó la guitarra y nos obsequió a todos con canciones propias, canciones desgarradas o tiernas, un poco en la línea de Brassens o tal vez de los bardos innominados de la gauchada.

- Tú, española de sangre, argentina de cuna, ¿qué diferencias encuentras entre nosotros y vosotros, estando como a caballo de los dos países?

Piensa un instante. Pero no demasiado.

- Para mí, somos bastante diferentes. Allá somos un país de origen emigrante. Quizá somos menos hondos, pero más vivaces, porque tuvimos que ganárnosla en tierra lejana. Tenemos, todos, mezcla o afinidad con italianos.

Sentimos, por todo eso, mucho más la nostalgia. Y somos melancólicos. Vosotros, no. Sois más duros y quizá menos fáciles. Y, sin embargo, ahora que os conozco, aquí, creo que nos parecemos más de lo que sospechaba. Siento, por ejemplo, que también queréis a La Raulito. Y eso me hace sentirme más cerca de vosotros.



TAMBIÉN LA RAULITO HA CAMBIADO

Ahora, Marilina acaba de interpretar un pequeño papel en el cine español, en "La parranda", que se rodó en la tierra de su padre.

Y se quedará aquí por un tiempo. Porque va a rodar en Madrid una especie de segunda parte de "La Raulito", la película que le hizo universal de la mano del mismo Lautaro Murúa, que las unió a las dos en el abrazo del éxito.

- No quisiera contarte la película. Pero es un poco el cambio que ha tenido ella después de aquello. La Raulito ya es una mujer de cuarenta y tres años, que vive junto a unas monjas, más tranquila, pero sin haber renunciado más que temporalmente, creo yo, a su feroz sentimiento de libertad. Por eso, el final de la película será un final abierto. Con La Raulito no se puede cerrar nunca nada. Acaba volando siempre, volviendo al aire siempre.

Cuando haya rodado esa película para la que está viviendo estrechamente, Marilina irá a cumplir otro compromiso artístico en Italia, donde quizá se reconocerá también un poco. Charlamos, en el atardecer invernal, en plena calle. Se muere de frío y sueña de lejos con esa fiesta de Nochevieja en Mar del Plata, en bañador, junto a la playa, pulsando en su guitarra un estribillo rebelde.



- Estáis de moda los argentinos en Madrid. ¿Te das cuenta, Marilina? Tú, Nacha Guevara, Briskin, Lautaro, la Lankowskil...

- Y más que vendrán, ya verás. No sé. Pienso que vais a empezar a odiarnos, si venimos tantos -bromea un poquito irónica, un poquito punzante.

- No nos hagas tan injustos, mujer. Tú no estarías ahora aquí si hace unos cuantos años una navarrica y un "vaqueiro" no se hubieran encontrado allá en Buenos Aires.

Marilina Ross vuelve a sonreír. Y aprueba, en un vivo movimiento de cabeza, como el niño que se siente, de golpe, más seguro.


* Esta nota se encuentra incompleta, siendo ésta la segunda parte de la misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario