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y mi padre se hizo presente otra vez!


Aqui empieza una historia que merecía ser contada... por su protagonista.
Los dejo con ella.

I) CREANDO SUEÑOS

En las vacaciones de julio de 1983, a los 19 años, me tomé un colectivo que recorrió 500 km. hacia Buenos Aires, necesitaba hacerle llegar un cuadernito donde en varios escritos le contaba a María cuanto había llorado en mi niñez cuando terminó “Piel Naranja”, que me sentía feliz de haber aprendido a creer que “aunque no lo veamos, el sol siempre estaba” (a pesar de sentir todavía la oscuridad que nos había cubierto tanto años de bastones largos, de cuartitos azules y de terror anunciado en los comunicado número…. por televisión blanco y negro), pero también necesitaba contarle “que me atormentaba el miedo a la bomba atómica” y que vivía “soñando que algún día me crecerían alas”…

Solo llevaba un cuaderno y una revista vieja donde le habían hecho un reportaje a María en Viamonte al 1400 y que Parrondo era su verdadero apellido.

Nunca había ido sola a Bs As, pero allí estaba, buscando en una guía telefónica, Parrondo, Parrondo, Parrondo…. Hasta que encontré Viamonte 1400 y tanto… y llamé.

Me atendió al teléfono una voz con acento español: -usted está hablando con su papá… en que puedo ayudarla? María está de viaje y regresa en unos días, ella siempre viene a vernos y nos regala un día con nosotros… pero puede dejármelo a mí y yo se lo daré en las manos personalmente-. Me tomé un colectivo lo más rápido que pude. Era un frio mediodía de sol porteño. Todavía no sé como llegué desde Pompeya, hasta el centro… ni como regresé.

Cuando se abrió la puerta del ascensor, me recibió una sonrisa agradable como la del gato Cheshire y despacito se dibujó la silueta de un duende detrás de esa sonrisa. Un duende, pequeño, con lentes… y una chiva extraña, como de dibujitos animados…

Bello! Irradiaba luz… Su sonrisa era una luz.

A partir de ese día… quien yo nombraría como “el Mago de la vida” estaría de alguna forma siempre presente en muchos momentos alquímicos… y esa luz sonriente aparecería hasta el día de hoy… Igual que Cheshire para Alicia…

… dejando la silueta de un duende que se esfuma siempre…

… segundos antes que su sonrisa.

(continuará…)

2 comentarios:

  1. Es notable la diferencia de cuando te educan para ser, y cuando te adoctrinan para Deber ser.
    Increible la trasnmicion del relatoo!

    Abrazo!

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  2. Es increíble seguir creyendo que no existen las casualidades y que la vida y el universo nos siguen marcando con las señales...
    Excelente María!!!. Besos

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