Pero lo conseguí.
En un momento dado, creí que la sinusitis, que casi ni me dejaba respirar, me impediría también cantar.
Temí verme obligado a interrumpir el concierto y que mi sueño argentino se convirtiese en una pesadilla.
Pero cuando estaba a punto de tirar la toalla, la sentí.
La fuerza.
Invisible, pero presente. Más fuerte que el miedo, que la apnea y el dolor. La he sentido subir desde la platea y galerías para insuflar dentro de mí ese aliento que mis pulmones no lograban encontrar ni darme.
El aliento de las almas, corazones, miradas de la gente de Baires.
Corazones y almas argentinas, como el País al que pertenecen y que dan vida y hacen latir como ningún otro.
Fue ese viento el que hizo desaparecer la calma y empujó nuestro navío de palabras y notas para que retomase el mar y alcanzase el puerto de las emociones.
No es casualidad - pensé- que esta increíble ciudad lleve ese nombre.
Porque ha sido su buen aire, su buen viento, el que me ha dado aliento y fuerza para no irme al fondo, para no tocar fondo y no perder la ruta en esta nueva etapa de mi viaje, con la música y por la música... por el mundo.
¡Buen viento para ti, Buenos Aires! Claudio"
Hay mas informaciones para este boletín...
María: conocí a Baglioni por vos hace tiempo, y mi hermana, que es loca por él y lo sigue desde hace mucho, me llevó al recital. Me causó mucha emoción su calidéz, su música impecable, sus letras. La gente cantaba "todas" sus canciones en italiano, y la frutilla del postre, fué encontrarte a vos y pedirte que repitas el concierto de La Plata, del cual me enteré, después de que pasó. Ahora, soy una fan mas de Baglioni, y Dios quiera, que esos buenos aires, lo vuelvan a traer otra vez mas. Besos
ResponderEliminarGracias a vos, María... que me permitiste conocer a un autorazo -como vos-!!! Un beso grande!!!
ResponderEliminar